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Una isla de plástico en el Océano Pacífico

Sobre el blog

Darya Ahmadi Asadi
Estudiante madrileña del Máster en Ingeniería Química de la Universidad Politécnica de Madrid. Interesada en temas relacionados con el agua, el medio ambiente y las energías renovables.
  • isla plástico Océano Pacífico

Todos hemos oído hablar del problema del plástico en los mares y océanos, de la gran cantidad de desechos de pequeño tamaño presentes resultantes de la actividad humana, que acaban intoxicando y cobrándose la vida de miles de animales marinos. Pero ¿sabías de la existencia de siete enormes “islas de plásticode millones de km2 de extensión en medio de nuestros océanos?

Pues sí, así es. En este artículo nos vamos a centrar en la más famosa de todas, que fue también la primera en descubrirse. La “sopa de plástico” o “gran mancha de basura” del Océano Pacífico.

En 1997 el oceanólogo y capitán Charles Moore se encontraba regresando a los Ángeles de una expedición cuando, para su asombro, se encontró con una enorme isla de plástico en medio del océano que tardó 7 días en atravesar navegando. Dicha acumulación de plásticos había pasado desapercibida por parte de gobiernos y organizaciones hasta ese entonces por encontrarse apartada de las principales rutas marítimas comerciales.

La Gran Mancha del Pacífico Norte está situada entre Hawái y California, y es una de las mayores acumulaciones de plásticos nunca registradas. Se estima que está compuesta por 80.000 toneladas de plástico que abarcan una extensión de 1,6 billones de km2, es decir, tres veces el tamaño de Francia.

Esta acumulación de basura se fue formando a medida que los millones de toneladas de desechos plásticos que acababan dispersos en el océano eran arrastrados por las corrientes hacia el giro del Pacífico Norte (un punto de convergencia de las corrientes en el que el agua se mantiene estática), donde las corrientes de rotación las agrupaban y las devolvían de manera cohesionada al océano. De esta forma, se formó una gran sopa de basura flotante que se encuentra a la deriva en esta zona del Pacífico.

Seguro que a más de uno lo que se le viene a la cabeza al hablar de “islas de plástico” es una gran acumulación de todo tipo de objetos y envases plásticos que usamos cotidianamente; botellas de champú, envases alimentarios, bolsas... Sin embargo, cuando acaban en el mar, este tipo de residuos se fragmentan en trozos más pequeños a causa de la erosión y de agentes externos, como el sol, el viento o los microorganismos. Por este motivo, de los 1,8 billones de plástico de los que está compuesta la mancha del Pacífico Norte, un 94% consiste en microplásticos. Sólo una pequeña parte de los envases y envoltorios conserva su aspecto original.

Los microplásticos suponen un 8% del peso total de la isla. Su gran presencia aumenta la peligrosidad para el ecosistema, ya que al ser de pequeño tamaño dichos fragmentos son fácilmente consumibles por animales marinos. En efecto, miles de peces, aves y mamíferos marinos mueren cada año al confundir estos microplásticos con alimento y sufrir intoxicaciones irreversibles. Y el problema no acaba ahí; muchos de estos microplásticos luego acaban estando presentes en la dieta que ingerimos, como es el caso del pescado, el marisco o incluso la sal producida para alimentación.

La gran cantidad de microplásticos de la mancha también conlleva que, al contrario de lo que podría esperarse, esta enorme acumulación de plásticos no resulte visible desde satélites espaciales.

Por otra parte, el polietileno y propileno son los tipos de plásticos más encontrados. Esto es lógico si se tiene en cuenta que son materiales necesarios para fabricar multitud de envases y productos de consumo cotidiano. Sin embargo, estudios recientes revelan que la basura flotante sólo supone el 15% del volumen total de la isla, estando el 70% de los residuos en el fondo marino y el otro 15% suspendido en la columna de agua. Esto también ha llevado a pensar que los plásticos comunes, como el polietileno y propileno, son los únicos materiales presentes con el grosor suficiente para flotar.

Aunque tradicionalmente se ha pensado que la mayoría de los residuos proceden de vertidos terrestres de plásticos de consumidores, varios estudios recientes concluyen que, por el contrario, el origen de la mayor parte de ellos son desechos abandonados de los barcos; aparejos de pesca, redes...En el estudio realizado por la organización The Ocean Cleanup se determina que el 46% de los desechos proceden de redes pesqueras, y más de las tres cuartas partes de los plásticos presentes tiene un tamaño superior a 5 cm. Por otro lado, el estudio del equipo científico Slat llega a la misma conclusión, y atribuye el porcentaje restante mayoritariamente a otros equipos de pesca industrial, como cestas, equipos para capturar ostras, trampas para anguilas o cuerdas.

Los expertos también calculan que un 20% de los residuos provienen del tsunami de 2011 de Japón.

La evidencia científica indica que Asia es la principal fuente de los residuos de la mancha del Pacífico Norte, al igual que el aumento de la pesca industrial. Según un estudio publicado por Nature, durante una investigación en la que se analizaron más de 300 objetos recogidos de la isla un tercio de ellos contenía inscripciones en japonés y otro tercio en chino. En totales se reconocieron 9 idiomas, y 12 países de fabricación diferentes.

Por otra parte, las fechas de producción eran variadas. La mayoría de los objetos habían sido fabricados en la década de los 90 y los 2000, mientras que el más antiguo era de 1977.

La publicación del estudio sobre la isla de basura coincidió con un nuevo informe de Gran Bretaña, Foresight Future of the Sea, en el que se recogía que la contaminación por plásticos en los océanos podría triplicarse para 2050 si no se establecen medidas más contundentes para evitar su llegada a los océanos. Según el informe, las principales amenazas medioambientales actuales para el mar son la contaminación por plásticos, el aumento del nivel del mar y el calentamiento de los océanos.

Asimismo, como se ha mencionado anteriormente, los daños en la fauna marina son nefastos. Se estima que cada año 100.000 animales marinos son heridos, asfixiados o ahogados por desechos plásticos presentes en el mar. Igualmente, la presencia de microplásticos puede tener consecuencias impactantes sobre la salud humana. En 2016, un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) señalaba la presencia de microplásticos en hasta 800 especies de peces, moluscos y crustáceos.

La concentración de residuos de la mancha del Pacífico está sufriendo cada año un aumento exponencial, lo que demuestra que la situación es bastante preocupante y requiere de una actuación urgente, tanto para detener la llegada de plásticos al océano como para limpiar la basura existente. Uno de los principales problemas a la hora de tomar medidas para resolver la situación es la localización geográfica de la isla de basura. Al estar situada en aguas internacionales, ningún gobierno tiene responsabilidad jurídica directa en la gestión de los residuos, y esto limita sus capacidades de inversión económica.

Existen varias iniciativas para tratar de abordar el problema de las sopas de plástico. La más destacada es The Ocean Cleanup, una ONG fundada en 2013 por el joven holandés Boyan Slat, que se encarga de desarrollar tecnologías avanzadas para la eliminación del plástico de los océanos. Esta organización ha puesto su foco en el desarrollo de una máquina para la limpieza de un gran porcentaje de la basura que compone la mancha del Pacífico Norte, al igual que la búsqueda de financiación para poder implantar este proyecto.

Como reflexión personal, aparte de las conclusiones evidentes sobre la necesidad de mejora de los sistemas de reciclaje de los países y la urgencia de mayores medidas para reducir y eliminar la contaminación por plásticos en el mar y su impacto, pienso que se debería realizar una mejor labor de concienciación sobre este problema a la población. Al estar tan acostumbrados a enterarnos diariamente de catástrofes de todo tipo (social, medioambiental…), pero muchas veces en países o zonas geográficas lejanas, solemos pensar que no nos atañen a nosotros. Pienso que estamos desensibilizados a lo que ocurre en zonas lejanas a nuestro entorno, aunque sean consecuencia directa o incluso la base del modo de vida de nuestra sociedad.

En mi caso, por ejemplo, había oído hablar de costas e islas en zonas del sur y sudeste asiático, como es el caso de Filipinas, que son auténticos vertederos, totalmente inundados de basura y residuos plásticos. Pero desconocía la existencia de “sopas” enormes de plástico por las que se pueda navegar durante más de una semana, y menos aún el hecho de que existan siete de ellas esparcidas por distintas zonas oceánicas del mundo.

Al fin y al cabo, para saber enfrentarnos a un tema que nos atañe a todos como es el cambio climático y los océanos del planeta, lo primero que hay que hacer es informarse bien del problema. Una vez tengamos conocimiento, resulta mucho más sencillo averiguar la manera de aportar nuestro granito de arena para afrontar esta crisis ambiental.

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