Con la cultura en las venas

Hay un dicho en Puerto Rico, y en otros países, que dice que “aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla”. Así, Naylie Vélez Figueroa expresó la importancia de la cultura de un pueblo mientras recordaba su trayectoria en la compañía Gíbaro de Puerto Rico. 

La estudiante de Información y Periodismo del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR) admira y añora sus raíces. “Crecí envuelta en todo lo que tiene que ver con la cultura”, admitió cuando relató que su papá tenía un grupo de plena llamado “Plena Pa’ la Calle” y que, durante su niñez, iba de parranda en parranda.  

Desde los 16 años, comenzó a bailar folclore por su cuenta en Areyto, una organización que se dedica a rescatar y preservar los bailes tradicionales puertorriqueños. Un año después, decidió, con el empuje de su maestra de cuarto año, audicionar para la compañía Gíbaro de Puerto Rico. 

Vélez Figueroa ha tenido la oportunidad de trabajar como bailarina y maestra de la escuela cultural de Gíbaro. La organización tiene el compromiso de educar a la sociedad puertorriqueña sobre su cultura, especialmente a los jóvenes, muchos de los cuales no se interesan en este género. “Es muy importante, porque el folclor es lo que los identifica como pueblo”, expresó la artista.

“¡Es energía, es sabor, es no sé, es vivir!”, exclamó la universitaria. Asimismo, aseguró que “entablar esa conexión con tu raíz, con lo que eres y tu pasado, te hace entender mejor lo que está pasando ahora y te hace más conocedor de lo que eres”.

Pensar que los bailes y la música puertorriqueña se están perdiendo “es un estereotipo”, opinó. “Puerto Rico es un país cultural... Los ritmos folclóricos siempre están presentes; de hecho, los usamos para todo: nosotros protestamos con los ritmos folclóricos, vamos a una fiesta y utilizamos la plena para animar el evento”, aseguró, entre risas, Vélez Figueroa.

La Tribu de Abrante, ¡Plenéalo! y Plena Libre han hecho los ritmos folclóricos más comerciales. “Muchas veces, uno debe ceder un poco para que otras personas puedan interesarse, siempre y cuando no olvidemos en esencia lo que somos”, expresó la estudiante. Para la alumna de la UPR, este nuevo acercamiento ha facilitado que la música folclórica llegue a las nuevas generaciones. 

“La cultura de un pueblo es lo que los define”; a través de ella, “entiendes qué papel tiene tu sociedad en el mundo en general”, insistió Vélez Figueroa. Según su punto de vista, hay que crear currículos culturales, incluir el folclor en las fiestas de los pueblos y desarrollar iniciativas comunitarias en alianza con grupos folclóricos que ofrezcan clases a los niños. “Hay que pensar menos en el dinero y más en la aportación social”, sugirió como método para educar e interesar a los jóvenes sobre sus raíces.